viernes, 21 de junio de 2013

punto y seguido

¿Sabeis? Hace poco, aunque no lo parezca, he cambiado por completo, no soy la misma que hace siete, diez o veinte días.
Hace unos días, un niño llamado Manuel, de siete años de edad, murió delante de su madre.
Con este suceso he pensado mucho. Me he dado cuenta que los niños en realidad no son de goma, que no todos los golpes son porrazos de nada, que nunca somos demasiado jóvenes para morir.
Ese  niño estaba en primero  de primaria en  mi colegio, seguramente si no hubiese sido tan cercano no me habría afectado tanto. Todos hemos aprendido a ignorar las desgracias de los demás, pasan demasiadas cosas malas a diario...
Dimos un minuto de silencio mientras veíamos a los familiares llorar y a sus amigos sin poder comprender del todo lo que había pasado. Unos cuantos les hicieron cartas, todas les describían en presente, y en segunda persona, demostrando que la pérdida de alguien no estaba a su alcance.
Las personas lloraban a mi alrededor, porque en el fondo se compartía el dolor que cualquiera puede sentir. Vi a enanos corriendo y pensé que tenía la misma edsd que ellos.
Algunas personas se reían del evento.
Esto me ha ayudado a pensar y a ser cada vez un poco más madura, me he dado cuenta que al final del día todo el mundo ya había pasado página, así que la muerte como héroe no es tan recordada como se dice.
La tierra es lugar para vivos y los muertos, muertos están, pronto serán olvidados.
En definitiva, he cambiado de muchas forma

viernes, 7 de junio de 2013

Está en nuestra naturaleza

Existen parejas que ni lo saben, que no quieren darse cuenta de que se quieren. Cualquiera que los ve siente el cariño que se tienen,  lo dependientes que son el uno del otro. Ellos dicen que nunca habrá nada, cuando en realidad lo sienten todo. Se mienten y hasta se creen sus propias mentiras, se rechazan se dicen que no y se niegan el amor. Se hacen daño, pero en el fondo se quieren. Siempre vuelven a ser amigos porque la confianza no se va, los recuerdos no se marchan y las peleas nunca volverán.
El amor parece una equivocación, demasiado que arriesgar...Pero, ¿saben lo que ganan?
Hablo como sabiendo lo que se siente al estar enamorada, cosa que aún desconozco, pero si que he sentido el mal de amores, y el remordimiento por dejar pasar una gran oportunidad.
A quien queremos no nos quieren y quien nos quiere no lo queremos, es un sin fin de desengaños amorosos.
Esas personas que son amigos y novios, esas son las personas que no saben que un día uno se cansará, se buscará a alguien que no le haga esperar más.
¿Qué sabremos del amor? Cupido juega a sus anchas con nosotros y no podemos hacer nada para evitarlo, no podemos dejar de enamorarnos, no hay botón que apague el corazón. Ojalá lo hubiera...
Lo único que alcanzamos a entender del amor es que es absoluta e irrevocablemente espontaneo, nunca sabremos cuando nos tocara jugar nuestros sentimientos en un juego en el que alguien siempre sufre.
Y, aunque el amor te haga sufrir, siempre será algo que anhelaremos, porque, al igual que en la fábula del escorpión y la tortuga, esá en nuestra naturaleza.