viernes, 30 de diciembre de 2011

Damos a entender que todo lo malo que pasa a nuestro alrededor no tiene que ver con nosotros, que no nos podrá pasar nunca. Pero hay que pensar que la persona protagonista de la desgracia también pensó eso. Y así pasan los malos momentos, extendiéndose de persona en persona. Y cada persona creyó que no le pasaría, y luego quieren vengarse, pensando que fue injusto. Y ese pequeño grupo de personas que se libró o que simplemente olvidó lo ocurrido, acaban siendo víctimas.
La diferencia entre el pequeño grupo y el resto del mundo radica en que el primero lo olvida, y el segundo se niega a superarlo, deja que la rabia pudra su interior y que solo buscan una forma de hacerla desaparecer...

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