miércoles, 28 de agosto de 2013

Te cuento

"Hoy te escribo, porque sé que la distancia siempre separa lo que dos miradas unieron. Me gustaría escuchar las increíbles aventuras que estás viviendo, que me las contases con ese brillo en los ojos y luego sonrieras para tus adentros intentando volver a sentir esa adrenalina que ya se escapa a tus sentidos.
Puede que sea aburrido, pero esta vez prefiero contarte mi vida, aunque no sea tan interesante de lo que esperas.
Ayer conocí a alguien, no te pongas celosa, nunca habrá nadie como tú, y eso nunca lo olvides.Estuvimos en la playa con mis nuevos amigos, esos de los que ya te mencioné, seguro que te caerían genial. Jugamos en la arena y en el mar, el agua estaba cristalina, se veían los peces huir de nosotros, y yo envidié la libertad de la que gozaban y que a mi se me había privado.
Me acuerdo de esos paseos en coche que dábamos cuando no teníamos nada mejor que hacer, dar la vuelta a la manzana una y otra vez, hasta que tú te durmieras y te pudiera llevar en brazos, odiabas que te llevaran en brazos, pero yo tengo y siempre tendré ese pequeño placer de hacerte sentir mía.
Lo creas o no, nada es lo mismo sin ti, lo he estado pasando realmente mal, pero qué es la vida sin unas gotas de vinagre.
Espero que este mundo te trate igual que yo lo intenté, que allí te aprecien como yo lo he hecho, y espero que no te hayas enfadado por haber tardado tanto en dar señales de vida.
Ya ha pasado un año, ¿verdad? Un año entero desde que no me pude despedir de ti, y me sigo sintiendo culpable, pero no te preocupes, estoy conociendo mundo, y te prometo que es fantástico.
MI familia sigue igual, me dicen que estoy más animado y que podría pasar a verlos, tú ya sabes lo pesado que pueden llegar a ser.
Me dijiste que hay que ser fuerte ante la adversidad y creo que lo estoy siendo. Ha habido alguna que otra escapada de noche a pasear por la playa para pensar, siempre he querido conocer el fondo del mar solo para saber lo que se esconde bajo una capa de tranquilidad absoluta.
Hay cosas que he dejado de hacer desde que no nos vemos, por ejemplo, nuestra película ya no la he vuelto a ver, ni he vuelto a escuchar nuestra canción, ya no busco el norte en las estrellas ni pido deseos cuando vemos que una de ellas es roja y titila. Me acuerdo que siempre que mirábamos el cielo nocturno me explicabas que cuando titilaban y se ponían rojizas iban a morir dentro de poco, o que podían haber muerto ya y que nosotros aún no lo vemos, eran cusas curiosas, cosas tuyas.
No quiero enrollarme más así que solo deseo decirte que, pase lo que pase, te sigo queriendo como antes, que pensar en ti es algo obligatorio, que aunque digan que debo avanzar, siempre estarás en mi presente porque siempre has formado parte de mi futuro.
Hasta que nos volvamos a encontrar, te quiero."


Y cerrando la carta, encendió un mechero delante de la ventana y observó como se consumían sus palabras y se las llevaba la noche. Soltó el papel y luego cerró la ventana.

Cuando volvió a la cama, se tumbó e intentó dejar de pensar que con una puñalada de un borracho había perdido lo mejor de su vida. Intentó e intentó, como lo intentaba cada noche, y luego sólo le quedó dormirse, ya que soñar era lo único que le acercaba a ella.
Y en un último suspiro, deseó soñar para siempre.


2 comentarios:

  1. "Y en un último suspiro, deseó soñar para siempre." PERFEEECTO

    ResponderEliminar
  2. muchisimas graciias:)
    ezte texto me gusta mucho, y me siento orgullosa de el:)
    gracias por apreciar estas pequeñas cosas:)

    ResponderEliminar